Para hablar y comer pescado...mucho cuidado

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Escrito por Lic. Enelson Garita Vindas*   

Viernes 01 de Julio de 2011 00:00

La prensa tiene todo el derecho a informar y la poblaci—n a ser informada, de eso no existe duda o cuestionamiento alguno. Decir cualquier cosa, definitivamente no puede ser sin—nimo de "informar". Se dice que la prensa es generadora de opini—n, formadora; sin embargo, cuando la prensa dice algo en forma incorrecta o tendenciosa en lugar de informar est‡ desinformando o deformando a la ciudadan’a. La libertad de prensa no es un cheque en blanco para decir cuanta cosa se ocurra sin responsabilidad alguna. En Costa Rica ha aumentado la delincuencia, en calidad y en cantidad; conviene estudiar con detenimiento en busca de las causas y de una soluci—n. òltimamente al menos un medio televisivo y uno escrito han venido diciendo a la ciudadan’a que la inseguridad en nuestro pa’s es de grandes magnitudes, y han se–alado al Poder Judicial como uno de los responsables de ello por prohijar los derechos de los imputados en contra de los ciudadanos honestos, lo cual no es cierto, y m‡s recientemente han arengado a la poblaci—n, con la ayuda de algunos abogados particulares. El problema no es que se critique o cuestionen decisiones judiciales, pues hay algunas que a la distancia parecen no ser muy razonables y tienen derecho la prensa y la ciudadan’a en solicitar al menos una explicaci—n comprensible; tampoco se puede negar a la ciudadan’a el derecho a disentir de una resoluci—n judicial. Es lamentable para nuestro pa’s, para nuestra institucionalidad, que por algunos errores judiciales, o aun porque en algœn caso un juez o funcionario judicial incurra en una falta o delito, se pretenda desacreditar el trabajo de la judicatura y en general del Poder Judicial, y se llame a una desobediencia civil; porque ello no traer‡ al pa’s sino males mayores que los que se cuestionan, m‡s inseguridad ciudadana y descomposici—n social.

Àhabr‡n previsto algo como lo de Lim—n y el presidente de su equipo de fœtbol? Por decir las cosas de manera apresurada y sin mesura est‡n promoviendo actitudes y situaciones insospechadas. Los habitantes de este pa’s est‡n acudiendo a adquirir armas de fuego para su autodefensa; pululan las agencias privadas de seguridad irregulares, con personal que no sabe manejar armas, sin licencia para usarlas, y ya contamos muertos por manos de estas personas; lo m‡s grave es que estas armas est‡n llegando a manos de los delincuentes; claro que de seguro los due–os de armer’as en el pa’s deben estar muy contentos. Se est‡ promoviendo la desobediencia civil a las resoluciones judiciales. Los jueces como funcionarios pœblicos estamos sujetos a responsabilidad y al escrutinio pœblico; al cual debemos someternos sin temor y sin condiciones. Sin embargo algunos errores que puedan cometerse no demeritan la labor positiva que en general se realiza por el Poder Judicial Costarricense; uno de los m‡s comprometidos con la modernizaci—n y mejoramiento en todas las ‡reas de su quehacer en AmŽrica Latina y donde si hay un funcionario corrupto existen miles honestos; siendo uno de los pilares fundamentales de nuestra institucionalidad. Los periodistas deben de entender que, la seguridad ciudadana no es una tarea del Poder Judicial. Los jueces son y deben ser, independientes, objetivos e imparciales, y no pueden mirar ni en favor del ofendido, ni del imputado; esa es precisamente la garant’a a favor de todos los ciudadanos que se denomina del Juez Natural. Algunos periodistas no lo entienden y pretenden que el juez penal se interese en la prevenci—n y persecuci—n del delito y del delincuente; esas funciones corresponden a otros funcionarios. " Para hablar y comer pescado, hay que tener mucho cuidado". No decir las cosas como realmente son, por ligereza, por ignorancia y esperemos no por otras razones, en materia tan sensible y delicada, est‡ generando al pa’s m‡s da–o que el que se pretende censurar. Si los jueces deben fundamentar sus resoluciones, los periodistas no pueden decir cualquier cosa y de cualquier forma bajo el amparo de una malentendida libertad de prensa, ya que igual que la Administraci—n de Justicia, el periodismo debe ser un servicio a la comunidad.

*Juez del Tribunal Penal de Pococ’