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San JosŽ, Costa Rica, Viernes 27  de mayo de 2011

EDITORIAL

TRIBUNALES DE FLAGRANCIA: JUSTICIA PRONTA Y CUMPLIDA

Los Tribunales de Flagrancia creados hace un par de a–os en Costa Rica son la m‡xima expresi—n de la justicia pronta y cumplida.

De esta aseveraci—n no hay dudas, sino que lo diga una joven empleada bancaria que la semana anterior caminaba tranquilamente por el centro de la capital y un tipo descarado le toc— sus partes ’ntimas sin el menor de los reparos, invadiendo su integridad y sometiŽndola a un estado de depresi—n tras ser v’ctima de abusos deshonestos en media calle.

Hoy ese sujeto, un ebanista de nacionalidad nicaragŸense, est‡ tras las rejas como corresponde, pues el ÒpendejoÓ, con algœn respeto, si se lo mereciera, en vez de estar aportando a la sociedad y al pa’s donde habita se puso a buscar v’ctimas para satisfacer sus deseos reprimidos.

Los cuatro a–os y seis meses que le impusieron los jueces del Tribunal de Flagrancia son muy merecidos, pese a que el Ministerio Pœblico solicit— siete a–os de c‡rcel y valorando que el sentenciado ya ten’a una ejecuci—n condicional de otra pena por portar armas ilegales, con mucha m‡s raz—n lo ÒguardaronÓ. Es un peligro andante.

La gente pega brincos de tres metros cuando sabe que en d’as un delincuente es sometido a la administraci—n de justicia y sin demoras recibe el merecido castigo. Eso es lo que el pueblo desea, ver al sistema trabajar a toda m‡quina, sentirse protegido y no inseguro.

Si los costarricenses no creemos en nuestro Poder Judicial y sus actuaciones promovidas en favor de la colectividad, Àentonces? Àen quiŽn creer? El peor de los escenarios ante la falta de credibilidad es el de tomar la justicia por las propias manos y crŽanme se–ores jerarcas de esta instituci—n, de eso las ganas abundan.

No es posible que haya personas dedicadas a cometer il’citos confiados en que el ciudadano casi no denuncia y de eso se valen para burlar a las autoridades.

La reacci—n no solo de la joven agredida, sino de dos mujeres que pasaban por el sitio del abuso y agarraron a sombrillazos al s‡tiro, merece el reconocimiento nacional, pues hay quienes prefieren tirarse los toros detr‡s de la barrera que acudir en defensa de otro.

Ante estas comunes situaciones que se dan no solo en San JosŽ, sino en todas partes del territorio nacional, toma validez el lema Òla uni—n hace la fuerzaÓ, pues de no haber sido por las defensoras, tal vez el toc—n estar’a libre, muerto de risa y buscando mujeres para atacar.

Como dice el dicho, Òel que a hierro mata a hierro muereÓ y si bien no vamos a apegarnos al significado literario de la frase, en este momento se requiere mano firme contra la delincuencia, que la ley con todo su peso les caiga encima y los aplaste, como los delincuentes hacen con la poblaci—n a su antojo, de forma intimidatoria y dŽspota.

Dos casos m‡s se han dado esta semana, uno de un hombre que intent— asaltar un banco y otro que se rob— una computadora. Ambos fueron agarrados con las manos en la masa y pasados de inmediato a la Fiscal’a, hoy pesa sobre ellos una sentencia.

As’ tiene que ser, la justicia debe ser pronta y cumplida, no es posible que existan casos con suficiente evidencia, testigos y peor aœn, los imputados detenidos en el lugar de los hechos, y tarden hasta dos y tres a–os a la espera de un proceso, lo que implica un costo invaluable e irrecuperable para el Estado y m‡s afectaci—n para las v’ctimas.

El trabajo de los Tribunales de Flagrancia est‡ m‡s que demostrado, su eficacia y eficiencia deber’a ser replicada ya en todas las provincias.

Al hampa hay que combatirla de forma directa, sin temores y pese a que vivimos en un pa’s democr‡tico y justo, las garant’as sobre los victimarios nunca pueden ser mayores que las de los afectados, que en muchos casos no viven para ver reparado, en al menos una parte, el da–o causado.