PALABRAS DE INAUGURACIÓN
DEL TALLER DE CAPACITACIÓN DE CEJA SOBRE VALORACIÓN DE LA PRUEBA |
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Señoras y señores. Una vez más me corresponde el grato placer de darles a todos Ustedes la bienvenida en un taller de capacitación auspiciado por el Centro de Estudios Judiciales para las Américas CEJA, en este caso sobre la valoración de la prueba, que se enmarca dentro de nuestros esfuerzos hacia el pleno establecimiento de la oralidad en los procesos judiciales. Este Seminario debe comprenderse como un esfuerzo continuado que se liga con la actividad que realizamos hace un año, también auspiciada por el CEJA, porque aunque no debemos perder de vista que, si bien los temas pueden –y deben- aislarse para estudiarlos a fondo en su particular integridad, lo cierto es que la mejora de la administración de justicia, obliga a la ejecución de políticas que involucran una visión conjunta y de múltiples aspectos a la vez. Es claro que para lograr cambios fructíferos debemos abordar los temas con constancia y continuidad, pues, como en la mayoría de las actividades humanas, nuestra justicia requiere de la revisión de una gran variedad de factores que han de tomarse en cuenta.- Así, el éxito de la profunda reforma procesal basada en la actuación oral como la que estamos impulsando, necesita ser acompañada por un adiestramiento, una preparación de los operadores jurídicos que actuarán el sistema, ya que no podemos afrontar el cambio con el bagaje jurídico que tenemos actualmente y que, obviamente, es fruto de varios siglos de cultura escrita impregnada muy profundamente en todos nosotros, jueces y ciudadanos.- Pero esta vez no hemos cometido el mismo error y con la profundización de la oralidad hemos visto la necesidad de que nuestros funcionarios reciban la preparación necesaria para que comprendan que no se trata simplemente de un cambio cosmético, de una moda en la manera de interactuar en los procesos judiciales, sino de un actuar que requiere nuevas destrezas, las que pretenden además de darles a comprender lo novedoso del sistema, capacitarlos para desempeñarse debidamente bajos los nuevos moldes, sin tratar de adaptar éstos a las viejas costumbres de acción.- Como Ustedes van a ver cuando entren en materia, detrás del establecimiento de la oralidad como mecanismo primario de comunicación e intercambio de información entre las partes y el juez, se encuentra la necesidad de aprender y reaprender incluso las distintas dinámicas de los procesos de cognición. Con esto quiero decir que es completamente distinta la manera en que se aborda el interrogatorio de un testigo y, principalmente, son muchas y a veces muy distintas las cosas que los operadores jurídicos deben observar y destacar cuando realizan o presencian el interrogatorio de un testigo o de un perito que rinde al Tribunal de viva voz, la información que posee.- También jueces y partes deberán razonar de diferente forma frente a las situaciones que estaban acostumbrados a enfrentar bajo moldes escritos. La oralidad requiere una acción inmediata, una reacción conforme se van desarrollando los hechos y una destreza especial en el razonamiento.- Como dije se trata precisamente de aprender nuevas formas en que se transfiere la información al juez y lo cierto es que para este nuevo sistema, desdichadamente, aún no se prepara a las personas en los cursos de su carrera universitaria y cuando se hace se dejan muchos vacíos sin llenar, lo que conlleva que tengamos un justificado temor cuando se nos dice que vamos a moldes orales y sin papeles.- Ello es una enorme falencia y hace que estos encuentros y capacitaciones resulten fundamentales para nosotros porque al menos nos alcanzan para proveer de una base que nos permita construir y mejorar la eficiencia y calidad de la tramitación oral de los litigios.- Jueces, defensores, fiscales y demás participantes en el proceso penal, han dado grandes pasos para afinar sus habilidades y experticia en oralidad y confío en que estos talleres y conversatorios sirvan para proveer de mayores y mejores herramientas que colaboren en la emisión de una decisión más justa.- Ahora creo que si llegó el momento de que la oralidad como medio de realización de la investigación de los hechos que se llevan a estrados, sea una realidad. El cambio no es por el mero deseo del cambio, es que se ha demostrado hasta la saciedad que el procedimiento escrito es lento, formalista, poco eficiencia e ineficaz, por el contrario la oralidad ha demostrado dar resultados diferentes. Sin menoscabar derechos fundamentales de los justiciables, la reducción de los tiempos de espera para la solución del conflicto, en procesos verdaderamente orales, es sustancial, ya nos lo han demostrado en materia de pensiones alimentarias, laboral, cobratoria y seguimos teniendo nuevas experiencias, también en el campo penal, en que en el Juzgado Penal de Goicoechea se ha logrado reducir la cantidad de asuntos en conocimiento del tribunal y se han mejorado los tiempos de respuesta.- No se me escapa que la oralidad también puede presentar y presenta de hecho, limitaciones como medio de comunicación y que –como alguien ha planteado- existirán cuestiones que el medio escrito hace más comprensibles.- Pero lo que yo he sostenido y sostengo aún es que, esas posibles limitaciones no ensombrecen en absoluto lo que para mí es la mayor característica de los sistemas orales y ella es su calidad democrática, en tanto permiten a los jueces y ciudadanos acercarse y oírse mutuamente, lo cual a su vez obliga a los funcionarios a buscar la calidad y excelencia para poder legitimarse ante la comunidad. Para mí, la afirmación de que lo anterior es saludable para una democracia está fuera todo cuestionamiento.- La oralidad y el uso inteligente de las nuevas tecnologías se ha constituido en la base fundamental de la modernidad en los procesos penales, pero sólo con ellos no logramos nada, debemos recordar que siempre habrá un ser humanos detrás de la acción de esas herramientas, un ser humano que necesita conocerlas y desempeñarse debidamente con ellas, de esto último es de lo que se trata en estos talleres, capacitar a ese ser humano a desempeñarse debidamente para hacer que nuestra administración de justicia sea un servicio público de calidad. Concluyo, con un agradecimiento a los miembros del Centro de Estudios de Justicia para las Américas, por su disposición a colaborar con nosotros y por supuesto a nuestros funcionarios encargados del tema que son ejemplo de motivación y compromiso en este tema clave.- Igualmente les deseo a todos Ustedes muy buena suerte y les pido hacer el mayor de los esfuerzos por aplicar lo que aprendan a favor de la administración de justicia.- Muchas Gracias.- |
Licda. María Isabel Hernández Guzmán
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
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