Opini—n

San JosŽ, Costa Rica, Viernes 14 de enero de 2011

Secreto a voces

M‡s all‡ de una mina

Sonia Marta Mora

Hoy se dice, y con raz—n, que una empresa, una organizaci—n, un pa’s, no puede prosperar si no es capaz de ser una Òentidad que aprendeÓ.

Es decir, si no analiza los incidentes o experiencias que va viviendo para sacar lecciones y no perder aciertos o repetir errores.

Y hay un caso, el de Crucitas, muy sonado en el 2010, que nos deja muchas lecciones.

Grave error ser’a ignorarlas.

Precisamente el pasado a–o se cierra con una sentencia del Tribunal Contencioso: un fallo hist—rico que resuelve sobre el proyecto minero, pero que tambiŽn pone al desnudo una forma de operar que, de consolidarse, tendr’a graves consecuencias para el pa’s.

Este patr—n de comportamiento merece ser analizado pues puede proyectarse mucho m‡s all‡ del caso de la miner’a.

Hay que buscar y leer esta sentencia.

Algunos de sus alcances son evidentes aœn para quienes no somos expertos en la materia.

Pero su interŽs para la ciudadan’a es tal, que muchas personas expertas deben ayudar a la opini—n pœblica a comprender sus consecuencias en lo que se refiere al respeto de la legislaci—n ambiental, la defensa de los intereses pœblicos y el papel del conocimiento cient’fico y tŽcnico riguroso para dilucidar el impacto real de cualquier proyecto que quiera impulsarse en el pa’s.

El proceder de la SETENA y de otras instancias pœblicas del ‡rea ambiental, fundamentales para el cumplimiento de nuestras leyes, merece un detenido an‡lisis de parte del Tribunal.

Y los calificativos alrededor de sus continuas fallas son abundantes en la sentencia.

Se reitera la Òomisi—n del an‡lisis tŽcnicoÓ, el Òincumplimiento de sus funciones legalesÓ.

En un informe que sirvi— de fundamento a una de sus resoluciones, dice el Tribunal que SETENA Òœnicamente se limit— a repetir la informaci—n que ya constaba en el documento presentado por la empresa, y omiti— realizar el an‡lisis tŽcnico exigido por Ley.

ÓA lo largo de la sentencia queda clara la importancia que tiene que el Estado -sobre todo en un pa’s como Costa Rica que ha tenido una posici—n de vanguardia en el campo ambiental-, cuente con instancias tŽcnicas independientes de las presiones pol’ticas de turno y de los intereses de cualquier empresa o sector a la hora de emitir sus dict‡menes.

En este caso, lo que el Tribunal califica como Òligereza de los funcionarios de la SETENAÓ, tiene incalculables consecuencias.

Dice el Tribunal: Òal procurarse la intercepci—n de un acu’fero que expresamente se trataba de proteger por parte de la Direcci—n de Geolog’a y Minas, esta actuaci—n de Industrias Infinito, aunada a la ligereza de los funcionarios de la Secretar’a TŽcnica Nacional Ambiental, constituye, ante los ojos de este Tribunal, un fraude de ley.

ÓEl fallo tambiŽn genera reflexiones acerca del tipo de empresas y de inversi—n extranjera que un pa’s debe procurar atraer, y en todo caso, la importancia de que estos inversionistas respeten la legislaci—n nacional y actœen de buena fe.

Dice en otro momento la sentencia en el tema de la profundidad de la extracci—n y la afectaci—n del acu’fero inferior: ÒMediante ese actuar, la empresa demandada llev— a error a la Secretar’a TŽcnica Nacional Ambiental y ese proceder malicioso de la referida empresa no se puede obviar, ni siquiera por el hecho de que los funcionarios de la indicada Secretar’a tambiŽn actuaron con total desapego a su deber de verificar las condiciones impuestas por la Direcci—n de Geolog’a y Minas antes de aprobar lo requerido por Industrias Infinito.

ÓMuchas cosas salen a la luz con esta sentencia en relaci—n con el papel de autoridades pol’ticas del m‡s alto nivel y de profesionales costarricenses en diversos campos del conocimiento.

Por eso el Tribunal ordena comunicar el fallo al Ministro del Ambiente para que se inicien procedimientos disciplinarios, y al Ministerio Pœblico para que analice la conducta de altos funcionarios en lo que denomin— Òuna eventual concurrencia u orquestaci—n de voluntades para llevar adelante, de cualquier manera, este proyecto mineroÓ.

Detener un patr—n de comportamiento que irrespeta la ley y que hace al pa’s retroceder es hoy una tarea impostergable.