MIƒRCOLES
24 DE NOVIEMBRE DEL 2010
David Delgado C. Colaborador 09:53 a.m. 23/11/2010
Un
odont—logo deber‡ pagar a su exesposa ¢3 millones como compensaci—n por haberla
humillado durante su vida matrimonial.
As’
lo determin— la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, en la resoluci—n
N.¡ 2010-1105.
La
mujer, de apellido Pearson, se–al— que se siente contenta con el fallo de la
Sala, aunque originalmente la demanda era por un monto de ¢30 millones.
ÒSŽ
que no es gran cosa, pero estoy muy satisfecha porque esto representa un orgullo
para m’Ó, afirm— la mujer.
Los
magistrados de la Sala Segunda sostuvieron que Pearson hab’a sido v’ctima de un
comportamiento degradante de parte del odont—logo, de apellido Delgado.
En
la sentencia se indica que, si el hombre incumple con el pago de los ¢3
millones, se proceder‡ al cobro judicial, mediante el embargo de sus bienes.
Satisfecha. Pearson, quien es madre de tres hijos, reiter—
que la condena de su exesposo representa un orgullo para ella.
ÒNo
hay dinero que pague las agresiones que recib’, pero es una gran satisfacci—n
que hayan sentenciado a mi favorÓ, dijo.
La
mujer se separ— de su marido hace siete a–os, luego de haber sido v’ctima de
violencia domŽstica, y logr— finalmente divorciarse hace un a–o, en octubre del
2009.
La
mujer, en el momento de la separaci—n, debi— irse a vivir a una casa m‡s
peque–a, comenzar a trabajar para mantener a la familia y cambiar a sus hijos
de escuela.
ÒMe
ha costado un mont—n acomodarme con la cuesti—n econ—mica. Mi exesposo no me
dej— nada despuŽs del divorcioÓ, se–al—.
Ahora
ella trabaja en una ferreter’a en PŽrez Zeled—n, su pueblo, como cajera.
Pearson
afirm— que aœn est‡ pendiente otra demanda por ¢50 millones por bienes
gananciales pues su marido vendi— las propiedades que ten’an antes de que se
divorciaran.
Para
ella, la violencia domŽstica fue un c’rculo vicioso, del cual fue muy dif’cil
salir.
Segœn
una valoraci—n psicol—gica referida en la sentencia condenatoria, producto de
los constantes actos de violencia, las relaciones de la mujer con otra gente se
han visto afectadas pues, a veces, ella siente desconfianza y miedo.
Pearson
recuerda que tom— valor para dejar a su marido por los tres hijos –de 14,
15 y 16 a–os– que tuvo con Žl y la ayuda de una amiga y su abogado.
ÒMe
val’ de una amiga, que tambiŽn viv’a una situaci—n de violencia muy similar a
la m’a. Ella ten’a un abogado, Eduardo Rojas, que la estaba ayudando con el
divorcio. Yo, despuŽs, lo contactŽ a Žl para que me ayudara a m’, y me motiv— a
demandar a mi esposo.
La
Naci—n intent— conocer el
criterio de Maureen Clarke, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres
(Inamu), acerca de este caso, pero no quiso opinar.
Ma–ana
se celebrar‡ el D’a Internacional de la No Violencia contra las Mujeres.
En
lo que va del a–o, 36 mujeres han sido asesinadas en Costa Rica, 10 de ellas a
manos de su compa–ero sentimental.