Domingo 12 setiembre DEL 2010
Otto Vargas M. ovargas@nacion.com 07:39 a.m. 11/09/2010
La
Corte impulsa un proyecto para llamar a certificaci—n de servicios a unos 600
despachos judiciales de todo el pa’s, mediante el sistema Gesti—n Integral de
Calidad y Acreditaci—n (GICA).
El
plan piloto comenz— con dos oficinas: la Sala Segunda (ve asuntos de familia y
trabajo) y el Juzgado de Violencia DomŽstica de Heredia. Los resultados, pese a
que el per’odo de estudio es relativamente corto (el proceso de evaluaci—n
comenz— este a–o), arrojaron nœmeros muy positivos.
Entre
el 2006 y el 2009, la Sala qued— con un remanente, en promedio, de unos 90
expedientes que por a–o quedaron pendientes de resoluci—n. El a–o pasado, por ejemplo,
a conocimiento de los magistrados llegaron 1.351 asuntos, pero solo pudieron
resolver 1.258.
Este
a–o la situaci—n es muy diferente; la Sala conoci— (hasta julio) 722 asuntos,
pero resolvi— 1.138. El tiempo de resoluci—n de casos pas— de 8,3 a 4 meses.
Situaci—n
similar ocurre en el Juzgado de Violencia DomŽstica de Heredia. Durante el
2009, a su conocimiento llegaron 2.346 asuntos y de estos 2.294 quedaron
resueltos.
Hasta
agosto de este a–o, ese despacho hab’a recibido 1.422 expedientes, pero sus
nœmeros de resoluci—n ascend’an a 1.526.
Como
parte del trabajo, ese Juzgado identific— las delegaciones de Fuerza Pœblica
con menor efectividad en la notificaci—n. La efectividad en las notificaciones
pas— de un 75% a un 86,3%.
Asimismo,
el tiempo actual de redacci—n de sentencias es de 7,8 d’as, en promedio.
Sello
criollo. De acuerdo con el
magistrado Rolando Vega Robert, principal impulsor del plan, someterse a
procesos de certificaci—n permiti— a los despachos identificar problemas en la
eficiencia del servicio brindado a los usuarios.
ÒPermite
identificar cuellos de botella, duplicidad de funciones y tareas innecesarias.
Eso facilita controlar los tiempos de gesti—n del despacho y aplicar acciones
correctivas a esos problemas que impiden el funcionamiento id—neo.
ÒGICA
busca procesos de mejora continua y permanente. A eso lo llamamos gesti—n de
calidad, entendiendo por eso la satisfacci—n de los usuariosÓ, explic— Vega.
Los
primeros dos despachos involucrados en la iniciativa ya recibieron su sello de
calidad. Otros siete (las salas I, III, y IV, el Juzgado de Familia y el de
Trabajo de Goicoeceha, el Juzgado de Seguridad Social de San JosŽ y el Juzgado
de Trabajo de Cartago) ya solicitaron someterse al proceso de evaluaci—n.
El
magistrado Vega coment— que la idea es acreditar por a–o entre 20 y 30
despachos hasta alcanzar unos 600.
El
proyecto ha resultado tan exitoso que, de acuerdo con Vega, ser‡ discutido en
la Cumbre Judicial Iberoamericana, en el 2012.
Aunque
en principio el plan se concibi— para aplicar las normas de calidad empleadas
en empresas privadas, el Poder Judicial tuvo que adaptarlas para que se ajustar
a sus requerimientos.
ÒEn
otros pa’ses hubo resistencia, y esta se genera en virtud de que los jueces no
queremos ser f‡bricas de expedientes; no queremos ser comparados con una
actividad de maquila.
ÒUn
servicio pœblico de justicia tiene especificidades muy propias que constituyen
una esencia muy particular.
ÒOptamos
por crear un modelo propio con normas de calidad propias que no existen en
ninguna otra parte del planeta. A eso lo llamamos GICA JusticiaÓ, concluy— Vega
Robert.