Estrado Pol’tico

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Escrito por M.Sc. Carlos Nœ–ez Nœ–ez *   

Jueves 13 de Mayo de 2010 05:58

Garantismo y Seguridad Ciudadana: m‡s all‡ del discurso

Las garant’as constitucionales, que derivan en un debido proceso penal, resultan de vital importancia para la estabilidad de un sistema democr‡tico social y constitucional de derecho.  Protegen a las y los ciudadanos de las arbitrariedades y controles excesivos que el Estado pudiera intentar en perjuicio de la debilidad de sus habitantes.  Con ello se debe dejar de lado la falacia con que inician los discursos antigarantistas que se–alan que dicha protecci—n se le da al delincuente que se ve empoderado frente a la dŽbil v’ctima. En sociolog’a este fen—meno se le conoce como la ÒotredadÓ, sea que el poder del Estado debe volcarse en contra de Òlos otrosÓ y, espec’ficamente en el tema penal, contra Òlos enemigosÓ, vistos estos œltimos como aquellos sospechosos de haber cometido un delito.  Al determinar a este grupo como Òlos enemigosÓ resulta dif’cil colocarse en su lugar, pues en nuestro fuero interno somos lo contrario: los ÒunosÓ, los ÒamigosÓ, y m‡s subjetivamente Òlos buenos y las buenasÓ.

 

No en vano resulta recordar la primera regla del garantismo: protege a todas las personas habitantes que son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, en un pa’s donde existan dichas garant’as.  Si usted se considera una persona ÒbuenaÓ, imagine que uno de sus peores enemigos le plantea una calumniosa denuncia por cualquier delito de los cientos que tiene el C—digo Penal y dem‡s leyes especiales.  Usted se sabe inocente pero imagine que el resto de la sociedad lo vea ahora como parte de Òlos otrosÓ y prefiera eliminarle las garant’as.  Ser’a lamentable, y es precisamente la raz—n por la cual se debe luchar a favor de las garant’as, no porque uno sea delincuente o proclive a serlo, sino porque sin garant’as el disfrute de una vida en democracia y libertad es apenas una ilusi—n.

Ahora bien, unido a esa falta de pertenencia de esas garant’as, el discurso a favor de la eliminaci—n de las garant’as del debido proceso penal se coloca como un defensor en la mejora de la seguridad ciudadana.  Debe decirse que no existe una relaci—n comprobada entre el aumento de la criminalidad y el resguardo de garant’as constitucionales, como s’ lo existe entre la brecha de desigualdad social con dicho fen—meno.  Cuando las garant’as procesal penales son utilizadas podr’a decirse que el delito ya ocurri— y no se puede evitar a travŽs de la eliminaci—n de las garant’as.  No se puede evitar, por ejemplo, que una persona pierda sus bienes en un robo ya ocurrido, encarcelando sin garant’as al sospechoso de haberlo hecho.

Concluyendo se debe dejar claro que eliminar las garant’as constitucionales del debido proceso no har‡ disminuir el fen—meno criminal; lejos de ello ocasionar‡ lesiones severas en la protecci—n ciudadana ante el poder del Estado el cual podr‡ postergar las reformas que permitir’an, aunque sea a largo plazo, tener una vida m‡s segura y con menos criminalidad.

* Especialista en contenidos, Escuela Judicial Juez Penal