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San JosŽ, Costa Rica, MiŽrcoles 5  de mayo de 2010

EDITORIAL

Reclutar, capacitar y remunerar jueces

Al igual que muchos sectores, nosotros tambiŽn estamos preocupados por la calidad de los jueces que podamos llegar a tener. Son estos momentos en los que las fuerzas representantes del bien se ven fuertemente atacadas por intereses mundanos, especialmente el poder del dinero, que en algunas ocasiones no tiene buena procedencia.

Aunque se han dado casos aislados, todav’a en nuestro pa’s nos podemos enorgullecer de nuestro conjunto de jueces. Sin embargo, en los œltimos meses algunas personas han cuestionado la juventud que exhiben algunos de ellos, pero para nosotros esto no necesariamente es un descalificativo.

Es por eso que nos ha llamado mucho la atenci—n una atenta carta que nos ha enviado don Marvin Carvajal PŽrez, director de la Escuela Judicial. En ella el funcionario, cuenta sobre la importancia de la depuraci—n del programa de acceso a la carrera judicial.

Lo primero que hace don Marvin es reconocer que el Poder Judicial cuenta con un sistema de acceso a la Carrera Judicial, con algunas fallas, pues apunta que en ocasiones se han designado personas carentes de un perfil adecuado.

Coincidimos con el funcionario cuando indica que el actual sistema de reclutamiento no da importancia a la formaci—n y eso ha llevado a resultados err—neos o indebidos.

Es por esta preocupaci—n que han desarrollo todo un proyecto para mejorar la educaci—n judicial dirigida a funcionarios que aspiren al puesto de juez. El programa tarda un a–o, tiempo en que se le retribuye al aspirante con una suma de dinero y las personas que se comprometan con esta capacitaci—n firman una especie de contrato de compromiso con la instituci—n.

Estamos claros que en la actualidad, con grupos delictivos que mueven enormes capitales, como por ejemplo el narcotr‡fico, que maneja miles de miles de millones de d—lares y que podr’an hasta comprar nuestra deuda interna y externa si quisieran, se necesitan cada d’a jueces m‡s firmes, jueces en quienes podamos confiar como lo hemos hecho hasta estos tiempos. Es por eso que estamos totalmente de acuerdo con el plan de la Escuela Judicial, donde todo profesional que ingrese a aspirar en un puesto de juez deba culminar exitosamente m—dulos y talleres te—rico pr‡ctico para afinar sus conocimientos, destrezas, habilidades, actitudes y valores propios del puesto.

Pero los otros seis -que son de pr‡ctica- tambiŽn nos parecen muy interesantes para que quien busque ser juez de la Repœblica pueda llegar a resolver las diferencias legales, con mayor propiedad, con mejor aplicaci—n de los instrumentos que los lleve a la justicia.

Estamos totalmente claros, que las mafias en nuestro pa’s est‡n buscando sectores para corromper. Y hemos sido testigos de las fuertes luchas que se han dado dentro de instituciones como el Ministerio de Seguridad Pœblica para evitar que nuestros Guardias Civiles, se cambien de bando y empiecen a servir a las pandillas, que sin duda alguna tiene sus tent‡culos bien preparados, listos para actuar en cualquier momento.

Pero eso s’, creemos que al lado de este esfuerzo que realiza la Escuela Judicial, es necesario la presencia de reclutadores, un tipo de funcionario o departamento que estŽ siempre dedicado a la labor de estar identificando profesionales de alto nivel moral y con la capacidad adecuada para desempe–ar cargos de tanto honor, como ser un juez de la Repœblica.

Claro, al lado de este excelente proyecto, tambiŽn est‡ la retribuci—n econ—mica, pues nada hace el Poder Judicial con identificar un excelente profesional, capacitarlo y luego dejarlo ir porque alguna empresa y simplemente el litigar, le deja mayor remuneraci—n.

La Escuela Judicial, est‡ tomando la iniciativa en un papel tan importante como es la capacitaci—n y donde tambiŽn podr’an asumir el reclutamiento, pero sin duda alguna el asunto presupuestario para tener jueces mejores pagados, para que no abandonen la instituci—n, es un menester enteramente de la Corte Suprema de Justicia, la que ya deber’a estar abocada a este asunto. No cabe duda entre mejores jueces tengamos, mayor calidad de justicia recibir‡ nuestra sociedad.