Magistrado Orlando Aguirre Gómez Presidente Corte Suprema de Justicia

Estimadas magistradas y magistrados, colegas, amigas y amigos:

Nos congregamos hoy, en el umbral del bicentenario de nuestra institución, para conmemorar 199 años de servicio ininterrumpido a la causa de la justicia. Honrar esta efeméride implica renovar nuestro compromiso de hacer de la justicia costarricense un espacio confiable, moderno y humano, firme contra la impunidad.

Supone continuar modernizando procesos, fortalecer nuestras capacidades y actuar con determinación frente a la criminalidad organizada y la corrupción

Debe quedar claro que transitamos un momento definitorio para la República, en un año electoral en el que han colocado a este Poder Judicial en el centro de un debate que trasciende sus muros y pone a prueba los cimientos mismos de nuestra democracia.

Desde esta tribuna hemos reflexionado sobre la fragilidad histórica de la independencia judicial, sobre la crisis de credibilidad en la era de la posverdad y sobre la promesa de construir un poder judicial que genere valor público al lado de la gente. Hoy esa línea de pensamiento nos exige hablar con una claridad inédita, porque los desafíos que enfrentamos ya no son teóricos ni remotos: constituyen un asedio deliberado y presente.

No podemos ignorar la existencia de una estrategia premeditada para debilitar la justicia. Nuestros desafíos reales y que asumimos con autocrítica se magnifican maliciosamente para presentarlos como desdén o desidia. Se repiten falsedades hasta que calan en la ciudadanía, minando la confianza que sostiene nuestra legitimidad. A esta ofensiva narrativa se suma un ahogo presupuestario que no es casual.

El bloqueo de recursos no es un trámite administrativo: es un instrumento para impedirnos cumplir la promesa de una justicia célere y de calidad. Nos atan las manos y luego nos acusan de no actuar.

Desde esta Presidencia lo afirmo con claridad: administrar justicia exige estabilidad financiera y respeto al diseño constitucional. Todo bloqueo del funcionamiento judicial termina lastimando a las víctimas, a las personas usuarias y a las fuerzas de seguridad que requieren respuestas jurisdiccionales eficaces.

Reconocemos que una institución casi bicentenaria tiene tareas pendientes. La modernización de nuestra estructura administrativa, la actualización de las normas procesales y la lucha contra la mora judicial demandan redoblados esfuerzos. Pero que nadie se equivoque: dos errores no hacen un acierto. Nuestras carencias que trabajamos incansablemente por corregir no justifican un asalto que no busca reformar, sino capturar; que no pretende mejorar, sino someter.

El maestro Giovanni Sartori advirtió que “el verdadero peligro para una democracia es repudiar la que tenemos en busca de una utopía”. Quienes hoy atacan al Poder Judicial nos invitan a renegar del sistema de frenos y contrapesos que, con todas sus imperfecciones, ha preservado a Costa Rica de los autoritarismos que devastaron a la región.

En continuidad con la ruta trazada, para este 199 aniversario y con la mirada puesta en el bicentenario, planteo tres ejes de actuación institucional: consolidar un gobierno judicial robusto, ágil y transparente; intensificar la transformación digital con garantías y controles; y afirmar una justicia centrada en las personas, eficaz frente a la corrupción y al crimen organizado.

Defender la independencia judicial se acredita con sentencias motivadas, probidad cotidiana, diligencia en cada expediente y pedagogía pública. Y hoy, con especial orgullo, saludo a las funcionarias y los funcionarios que recibirán el Certificado al Mérito Judicial, distinción que certifica una trayectoria judicial intachable. Su ética, su constancia y su excelencia profesional nos honran y recuerdan que la independencia se sostiene también en la integridad de cada persona servidora. En su nombre renovamos un pacto de profesionalismo con el país y con las nuevas generaciones que se incorporan a esta casa de justicia.

Reafirmamos nuestro compromiso de seguir siendo una justicia confiable, que moderniza sus procesos y se fortalece desde adentro. Continuaremos siendo dique de contención frente a la arbitrariedad y custodios de la Constitución, con la convicción de que servir a la justicia es la única forma de servir verdaderamente a Costa Rica.

Muchas gracias.