Erick Fernández Masís
Periodista
¡Reparar vale más que castigar! Esta frase se vuelve tangible en las historias de quienes han participado en el Procedimiento de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial Restaurativa (PTDJR), una ruta que combina responsabilidad, salud y justicia para abrir la puerta a una segunda oportunidad de vida.
Ronald Chavarría Salazar, de 60 años y oriundo de Pérez Zeledón, resume su experiencia con palabras que conmueven: “Por 40 años viví en la adicción, donde llegué a dormir en un cartón. Hoy doy gracias a Dios por salir de ahí. Hay tres fases para lograrlo: aceptar que uno necesita ayuda, disponer el corazón —porque la ayuda no es de nadie, sino de Dios— y la credibilidad; sin fe es imposible agradar a Dios. Yo cometí un error muy caro y aquí estoy agarrado de Dios porque la restauración de nosotros es de todos los días”. Su historia refleja la esencia del PTDJR: más que sancionar, busca reparar. La combinación de apoyo profesional y terapéutico permite reconstruir vidas que parecían perdidas, demostrando que la justicia puede ser un puente hacia la esperanza y la reintegración social. |
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Graduación de personas que culminaron con éxito el PTDJR. |
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Este procedimiento brinda atención interdisciplinaria, especializada e integral, procurando que la persona ofensora asuma su responsabilidad, repare el daño causado y atienda el consumo problemático de sustancias psicoactivas, con miras a una efectiva inserción social y el restablecimiento de conductas productivas. Así lo confirma el magistrado Gerardo Rubén Alfaro Vargas, rector de Justicia Restaurativa del Poder Judicial: “El Procedimiento de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial Restaurativa es una de las manifestaciones más claras de cómo la Justicia Restaurativa sí funciona: se logra un cambio en la vida de las personas usuarias, ello desde la responsabilidad activa de la persona ofensora para la reparación del daño, con participación de la víctima y siempre en trabajo interinstitucional con el IAFA y el ICD”.
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El Procedimiento busca la reinserción social de manera integrada. |
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Contemplado en la Ley N.º 9582, Ley de Justicia Restaurativa, el PTDJR opera como alternativa al encarcelamiento y como opción para resolver el conflicto judicial mientras la persona atiende su trastorno por consumo de drogas o alcohol asociado al hecho delictivo. Se aplica para salidas alternas como la conciliación o la suspensión del procedimiento a prueba, antes del juicio; o bien como pena alternativa a la prisión en sentencia, conforme el artículo 42 de la Ley y el 56 ter del Código Penal. Su implementación es realizada por equipos interdisciplinarios del Poder Judicial y equipos clínicos del IAFA, con el apoyo estratégico del ICD mediante políticas y planes para la prevención, el tratamiento, la rehabilitación e inserción social de farmacodependientes. |
Las vidas que se restablecen dan contenido a las normas. Don Francisco, otro graduado del PTDJR, reflexiona: “Yo fui entendiendo que no era solamente dejar el consumo, sino que hay que entrar en la fase de aprender a vivir sin drogas. La parte técnica era clave, donde nadie podía interferir en esta recuperación. Esto tiene un efecto multiplicador en cada uno. Al final, se es honesto con uno mismo; engañarse uno es lo que más duele y no hacerlo es lo que más cuesta”. Este testimonio subraya la importancia del acompañamiento profesional y la disciplina personal. El PTDJR no se limita a la abstinencia, sino que enseña a construir un proyecto de vida sostenible, lo que reduce la reincidencia y fortalece la reintegración social.
En esa misma línea, Henry Argüello recuerda el hito de su graduación: “Hay personas como yo que tienen problemas graves y esta oportunidad me salvó la vida. Yo entré a este programa el 5 de diciembre de 2013 y logré graduarme. Fue un éxito muy grande, pero el trabajo de ahora en adelante es poderme sostener. Todos nuestros anhelos y proyectos están en este espacio libre de sustancias. Hoy me siento muy bien al ver a muchas personas más recibir este título al éxito”. Henry nos recuerda que la graduación no es el final, sino el inicio de una vida nueva. El PTDJR no solo resuelve un conflicto judicial, sino que devuelve a la sociedad personas con proyectos, sueños y capacidad de aportar, lo que impacta positivamente en la paz social.
Por su parte, Freddy Masis Gutiérrez, de 52 años y vecino de San José, comparte su historia: “Todo empezó con una vida muy desordenada que llevé por mucho tiempo y un día me permití dar el paso de buscar ayuda. Fueron tres años donde volví a adquirir los valores que la droga me había robado, recuperé a mi familia, mi trabajo y soy deportista; realicé 26 carreras de atletismo a nivel nacional. Hoy puedo darle la satisfacción a mi corazón de que mi madre me vea bien y quiero ayudar a otras personas con mi testimonio”. La historia de Freddy ilustra el impacto integral del PTDJR: no solo se trata de dejar el consumo, sino de recuperar valores, vínculos familiares y salud física. Este efecto multiplicador convierte a los graduados en agentes de cambio dentro de sus comunidades.
La evidencia institucional acompaña estos relatos. En 2023, al cumplirse 10 años del procedimiento restaurativo, se registró un nivel de cumplimiento superior al 90%, porcentaje que se mantiene en 2024 y 2025, lo que confirma la eficacia del modelo. Solo en 2024, 28 personas adultas culminaron el PTDJR y en 2025 fueron 30, renovando su vida y la de sus familias. |
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Parte de las actividades que se realizan en el PTDJR. |
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Cada historia y cada cifra demuestran que el encarcelamiento no siempre es la respuesta: puede generar exclusión social y altos costos humanos y financieros. Por ello, el PTDJR se consolida como una política pública que resuelve conflictos judiciales, atiende una problemática de salud y fortalece la paz social, devolviendo a la sociedad personas restauradas y útiles.
Así lo resume el magistrado Alfaro Vargas: “Hoy le devolvemos a la sociedad costarricense a personas que entraron en conflicto con la ley y que, luego de someterse voluntariamente a un proceso de salud, han superado su consumo problemático. Estoy convencido de que le devolvemos al país personas restauradas, que van a sus comunidades y serán personas útiles, de bien, y que forjarán con su trabajo la nación costarricense todos los días”.
PTDJR juvenil
El Procedimiento de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial Restaurativa (PTDJR) no solo se aplica en el ámbito penal adulto, sino también en el juvenil, donde adquiere un valor especial por su enfoque socioeducativo y el principio del interés superior de la persona menor de edad. Este año, en marzo, dos adolescentes en conflicto con la ley se graduaron del PTDJR, luego de recibir su tratamiento con acompañamiento profesional especializado, priorizando su derecho a la salud y la construcción de un proyecto de vida libre de consumo y alejado del delito.
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Graduación del PTDJR de este 2025. |
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En estos casos, el apoyo familiar resulta fundamental para el éxito del proceso. Por ello, los equipos interdisciplinarios de Justicia Juvenil Restaurativa, junto con los equipos técnicos del IAFA, involucran a las familias para fortalecer el tratamiento, ayudarles a asumir responsabilidades y establecer metas futuras que prevengan nuevos comportamientos delictivos. Esta articulación permite que la justicia no sea solo sanción, sino también oportunidad.
Así lo recalca el magistrado Gerardo Rubén Alfaro Vargas: “El Procedimiento de Tratamiento de Drogas genera un impacto palpable: funciona, y quienes tengan la experiencia de ver los resultados comprenderán que no se genera impunidad, sino oportunidades para personas menores de edad en conflicto con la ley, para víctimas, y se fortalece la paz social”. Sus palabras reflejan el principio básico de la Justicia Restaurativa: alto apoyo y alto control. |
Entre las acciones más relevantes destaca la primera Reunión Restaurativa Juvenil bajo este procedimiento, realizada en 2021 por el equipo interdisciplinario del Primer Circuito Judicial de Alajuela. Fue la primera a nivel nacional dentro de un proceso juvenil de esta naturaleza y marcó un hito en la manera de abordar los asuntos penales juveniles desde una visión restaurativa. En ese espacio, la persona menor ofensora reconoció el daño ocasionado a su familia, producto de su enfermedad por consumo problemático; su madre compartió lo difícil que fue denunciar a su hijo y verlo esposado, y expresó la alegría de observar el avance positivo y el apoyo recibido. Estas experiencias reflejan una justicia que escucha, repara y transforma.
Este caso implicó una articulación interinstitucional con instancias como el IAFA-Casa Jaguar, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), la Comisión Nacional de Prevención y Atención Integral del Consumo de Sustancias Psicoactivas en Personas Menores de Edad (CONASPE) y otras instituciones vinculadas a la atención de personas menores de edad. Alfaro Vargas lo resume así: “Desde la competencia del Poder Judicial, atender procesos penales juveniles donde se detecte un consumo problemático por parte de la persona ofensora, desde una óptica integral, interdisciplinaria y restaurativa, se torna en una opción eficaz y eficiente: además de solucionar el conflicto que dio origen a la causa penal, se aborda a la persona desde el área de salud y se asegura la construcción de un proyecto de vida alejado de la comisión de delitos, sin dejar de lado el proceso reflexivo que aporta la Justicia Restaurativa”.
PTDJR internacional
Durante estos años, el Programa de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial (PTDJR) se ha consolidado como un modelo innovador gracias al respaldo de la cooperación internacional, que ha aportado asistencia técnica y capacitación continua al personal judicial y clínico encargado de su implementación. Este apoyo ha sido clave para fortalecer la respuesta del sistema de justicia frente al consumo problemático de sustancias y la reincidencia penal.
En 2023, se presentó el Estudio Diagnóstico “Alternativas al encarcelamiento en el PTDJR”, impulsado por la Oficina Rectora de Justicia Restaurativa en coordinación con la Defensa Pública, con el apoyo del ICD y la CICAD/OEA. Este estudio recopiló información esencial sobre las condiciones y circunstancias que enfrentan personas usuarias en procesos penales, aportando insumos para mejorar la atención y la toma de decisiones. Además, se han diseñado protocolos y rutas interinstitucionales que han permitido consolidar el PTDJR y ampliar su cobertura a nivel nacional.
En la búsqueda de estándares sensibles al género, el Poder Judicial, con el apoyo de ILANUD y la Unión Europea a través del programa COPOLAD, presentó el “Protocolo para la Aplicación del Proceso de Justicia Restaurativa a Mujeres que Cometen Delitos Menores de Drogas”, en el marco del artículo 77 bis de la Ley 8204. Este documento constituye una herramienta práctica para equipos interdisciplinarios y operadores de justicia, promoviendo rehabilitación, reintegración y reducción de reincidencia con enfoque de género. Asimismo, se elaboró el “Manual para la Implementación del PTDJR con Perspectiva de Género en Costa Rica”, que ofrece estrategias y orientaciones para un abordaje especializado e inclusivo desde el primer contacto, mejorando la calidad y sensibilidad en la atención a personas en condición de vulnerabilidad. Este esfuerzo conjunto entre la Oficina Rectora de Justicia Restaurativa, el ICD y el IAFA contó con el respaldo técnico de la SE–CICAD/OEA y el apoyo del gobierno de Canadá, en el marco del proyecto “Género en el Sistema de Justicia Penal”.
El PTDJR, tanto para personas menores de edad como adultas, ha demostrado que mediante un enfoque humanista y respetuoso de los derechos humanos es posible resolver conflictos judiciales de manera efectiva, atender el consumo problemático de sustancias psicoactivas y promover la inserción social. Cada historia de éxito confirma que la Justicia Restaurativa no es solo una alternativa: es una respuesta real y transformadora que genera cambios profundos en las personas, sus familias y sus comunidades.
Costa Rica se posiciona como referente regional en la implementación de modelos restaurativos con enfoque de salud y derechos humanos, demostrando que la cooperación internacional es un pilar fundamental para innovar y fortalecer sistemas de justicia más humanos y eficaces.
Porque reparar vale más que castigar, y siempre habrá una oportunidad para quienes decidan transformar su vida. |